III Capítulo

 

La Primer Novela en Facebook

Unas nalgas Entre las   Patadas

X Entrega

III Capítulo  Fuera máscaras

I

En carro último modelo pero del siglo pasado, negro sin placas en el que lo encontré varias veces para su mala suerte el pseudo representante popular, circula a toda velocidad por la avenida Madero cargando un sinnúmero de chunches que responden a necesidades de uno de los programas sociales mayormente socorridos por la población, auspiciado por el canal televisivo local más importante en el cual siempre se hace presente a la mínima provocación Fedronio Carrasco Herrera, para mostrar su gran generosidad engañabobos, como lo hace en todo evento en que se busca la beneficencia pública.

–Me podrán decir misa, pero se tiene que figurar para ganar imagen a como dé lugar y cueste lo que cueste y vaya que lo he logrado pésele a quien le pese, sobre todo ése par de cabrones dizque colaboradores mantenidos que tengo, pero me la deben y me la van a pagar muy pronto...

Se dice a sí mismo mientras avanza, cuando ve luces de una torreta de patrulla de policía por el retrovisor, se sorprende no es de las blancas con azul, sino las azules de la policía estatal preventiva. Sonrió prepotente y antes de avanzar una cuadra hacia a la siguiente bocacalle; se le acaba la sonrisa al atravesarse un carro gris, cerrándole el paso y al volver la vista de nuevo al retrovisor, ya están tres patrullas más con la inicial atrás de su auto, obligándole que se estacione pasando la esquina a la altura de la calle A, molesto se baja del vehículo para enfrentar a los chotas como él les llama.

–¡Cierre su carro para que nos acompañe diputado…! –Le dijo con voz firme uno de los agentes, más conocido como el Cácaro, jefe de operaciones oficiales de los llamados “pepos”.

–¡No tengo que ir a ningún lado con ustedes…!

–¡Claro que no tiene que ir con nosotros a ningún lado, porque no estamos aquí para obligarle a nada diputado, sino para llevarle ante el gobernador, pero si no quiere ir, no lo forzaremos, sin embargo le garantizo que no le conviene; usted decide…

–¿Y qué se le frunce a ése pinche gordo?

–Lo único que sé diputado es que tenemos órdenes de invitarle muy cordialmente a que vaya de inmediato ante el gobernador, ya que es muy urgente.

–¿Y por qué no me habló él directamente?

–Bueno, tengo entendido que no contesta su celular diputado…

Luego se hace el remolón como siempre y argumenta mil cosas, los patrulleros apagan sus códigos, los policía guardan silencio ante las malas razones que profiere, con la disciplina que han aprendido, hasta que por fin decide subirse al automóvil gris más que nada por las miradas inquisitivas de quienes transitan la zona éste mediodía, algunos hasta detienen sus autos para ver bien de quién se trata.

La oficina del gobernador se encuentra vacía cuando los agentes llegan con el diputado y le piden que se siente a la derecha de la mesa en la sala de conferencias, a su muy particular estilo y prepotencia que le ha dado el fuero como diputado, lo dejan solo y se van cerrando las puertas de la entrada principal. Así pasan largos minutos, primero se desespera y hasta golpea con el puño la mesa, respira como fiera enjaulada y una vez que se tranquiliza, se abre la puerta del gobernador y sale Miguel Gutiérrez Alva, secretario particular, para pedirle unos minutos porque el gobernador está con una llamada muy importante.

Apenas va a decir algo, el diputado cuando Gutiérrez se regresa de inmediato cerrando la puerta, sin alcanzar a escuchar la maldición que profiere Carrasco, luego se queda viendo de un lado para el otro, luego le cruza por la mente que ya le queda muy poco tiempo como diputado y que en breve tiene que hacer muchas cosas, pero lo peor; no se le ocurre nada impactante, pero ya se le ocurrirá algo.

Se abre la puerta del gobernador y entra el obeso mandatario seguido del procurador Marco Antonio Mercado Arenas cargado a la izquierda y a la derecha el secretario de seguridad pública Adrián Altamira Aceves, toman asiento a la izquierda de la mesa y en la cabecera el ejecutivo, nadie saluda al forzado invitado y éste se empequeñece ante la que advierte como una situación muy tirante. Sobre todo cuando el procurador le extiende al mandatario una carpeta gruesa de pastas duras.

–Señor diputado, tenemos una serie de cosas que le tengo que comentar y espero con ello que asuma un compromiso digno que al tiempo sea parte de una responsabilidad con el estado de cosas y lo que establece la legalidad… –Dice en forma tranquila y pausada como nunca el jefe del ejecutivo estatal, para continuar ante las intenciones claras de Carrasco de interrumpirlo.

Entrega 11

III Capítulo Fuera máscaras

II

Apabullado y con los enrojecidos ojos saltones que no hayna para dónde ver, así como el cómo acomodar las nalgas extraviadas en el asiento, ésos ojos tiernos como de sapo buscan el lugar del cual asirse para quedarse un rato quietos, la mente también le da vueltas por todo lados, no sabe hacia dónde va el gobernador son ésos reclamos, pero lo sospecha, aún en su borrasca por su borrachera de poder político está consciente de sus andanzas.

–Mire; tenemos aquí enormes cantidades en largas listas, del abuso que usted ha hecho en su tiempo como dirigente del magisterio y ahora luego como diputado; hablamos de más de seis años en que usted ha venido engañando a la administración pública, al magisterio, a mi partido –el suyo no me importa pero sí el mío-, al congreso y ni se diga a la ciudadanía…

–¿De qué se me acusa señor gobernador…?

–¡Por favor escúcheme y no se haga de que no sabe de qué se le acusa! –Suena fuerte la voz del gobernador José María Alcántar Álvarez, tanto que asusta al silvestre diputado, quien pone su cara de sufrido con sus ojos de un claro hipócrita.

–¡Ahora resulta que no sabe de qué estoy hablando! Pues bien; ha engañado primero a sus representados como dirigente sindical del magisterio ¿en qué medida? En que ha impuesto a familiares, amigos y compromisos por encima de quienes no sólo tienen derechos, sino a quienes tienen capacidad, preparación, dedicación y que de nada les ha valido ser  buenos elementos para la educación de nuestra entidad; aquí están las listas de los cientos de plazas entregadas por su conducto a tantos indeseables, que se fincan como fraudes cometidos por usted y sus colaboradores sindicales.

Le entrega un legajo de documentos que le son de sobra conocidos, ya que al verles en la primer hoja se encuentran sus 32 parientes, encabezados por quien fuera su esposa, quien ni preparación tiene para ser asesor pedagógica, pero también le siguen todos los demás parientes. Su semblante se enrojece y la boca se pone ceniza y le entran unas enormes ganas de salir corriendo de ahí, como aquella vez que le pegaron una corretiza los rivales del otro ejido y que para acabarla traía diarrea y aún así logró salir airoso muy a pesar del lugar a donde fue a caer.

–Por si fuera poco diputadito, aquí tenemos una lista muy importante de los documentos falsos que usted presentó para avalar la categorización, las plazas, los ascensos, interinatos y tantas otras cosas en forma por demás ilegal y, abusando de la buena fe; documentos como los suyos cuyos estudios quedan en entredicho porque la maestría y doctorado que presume no existen de manera legal, por lo que debo hacerle saber que en estos momentos estamos efectuando las pesquisas de rigor a todos los involucrados.

Carrasco agacha la cabeza y no haya en dónde esconder la mirada pues los tres pares de ojos se posen sobre él, le arden en la vergüenza que le quiere brotar a ratos, pero como siempre se la aguanta muy valiente. Le extiende el gobernador, otro legajo al profesor con un listado de documentos falsos presentados a las autoridades educativas donde de inicio está su nombre y no puede creer la información que hay respeto a él, ya mejor ni sigue barriendo con la vista lo demás porque se siente desnudo.

–Aquí está la lista también señor diputado a las plazas vendidas, dónde se ubican, quiénes las ocupan, cuánto pagaron, quiénes las vendieron, cuánto le tocó a cada uno de ustedes, quiénes son los funcionarios públicos involucrados, a cuántos de los miembros del otro sindicato afectaron –que debo recordarle que es el sindicato legalmente establecido aunque nosotros hemos cometido el error y la ilegalidad de no reconocerle-, pero aquí está todo y también involucrado el profesorcito Mario Consuelo Real Toscano, ése por el que usted tanto ha abogado en los medios y que nos ha exigido que reiteradas veces esclarezcamos…

Busca el diputado una bebida o algo que le ayude de pasar un poco el mal rato o tragarlo con su garganta reseca, pero se tiene que aguantar y carraspea pusilánime como siempre lo ha sido, está a punto de estirar la mano y tomar el vaso que tiene el gobernador en frente, pero el porcino mandatario extiende la suya con categoría y se lleva la bebida a los labios y da cuenta lentamente de todo el líquido sin despegarle los ojos ante su desesperante mirada.

–Del estado señor diputado usted no merece ni agua, porque además viene lo más interesante, pero antes debo decirle que estoy desde hace tiempo al habla con el “dueño del congreso…” –Hace una seña con ambas manos para entrecomillar la expresión, para seguirlas con la derecha hace la señal de cuernitos- Usted sabe muy bien quién es el dueño del Congreso y, tenemos todo listo para asestarle un gran golpe sino se aleja de todo esto y se retira a trabajar la tierra en el valle, como debió de hacerlo en lugar de todo el daño que ha causado.

Sigue Fedronio Carrasco con su cara compungida, su garganta reseca, sus ojos saltones y enrojecidos, con ése rostro de menso, buscando en dónde colgar la mirada, para no caer o desmayarse, el sudor no ha dejado de acompañarle a veces frío a veces caliente, tanto que de manera recurrente saca su pañuelo y se enjuga rostro, manos y cuello. Hace esfuerzos sobrehumanos por no llorar, pues eso sí; es muy maricón; luego, luego le da por chillar como magdalena, por eso en su ejido le decían el Neno.

–¿Conoces diputado a la jovencita desaparecida de Ensenada que es profesora de primaria, la que apareció muerta en Tijuana, la que mataron con casi cinco meses de embarazo, ésa que tenía doble plaza, la cual ascendió de la noche a la mañana y la tenías comisionada en la delegación Mexicali?

–¡Oh por dios…!

–¡No menciones dios aquí desvergonzado! –Gruñó colérico el jamonesco y triquinoso gobernador- ¡Cuando menos no frente a mi cabrón...! –Para seguir con el plan acusatorio muy bien planeado.

–Hemos tenido al novio encarcelado aún cuando sabemos que es inocente, porque le creímos que ello afectaba nuestras relaciones con la “maestra” Albondiguilla, a la población enojada y tantas manifestaciones pero lo hemos tapado con un caso similar ocurrido aquí en la capital del Estado, pero ante todo esto ya no me interesa que seas mi aliado político, ni tú ni tu pinche partido corrupto…

Los ojos que se centran como rendijas en medio de sus amplias ojeras se ven acuosos, de inmediato acomoda un pañuelo prístino en cada uno para no dejar que se asome un sentimiento de humanidad en el clerical gobernante, porque no quiere desmerecer ante el diputado del magisterio que tiene en sus ojos saltones como senos de siliconados de vedet lágrimas, lagañas y mocos escurriéndole sin control, que le mojan los resecos, blancuzcos y ahora temblorínicos labios.

–Aquí están los resultados de los laboratorios y no hay duda; el novio nada tiene que ver con el embarazo, ni con el asesinato, por lo tanto lo tenemos que dejar libre y además indemnizarlo como un acto de humanidad. Hemos hecho el análisis de ADN y usted señor diputado sabe muy bien quién es el autor de ése embarazo de la profesora y quiénes fueron los que le dieron muerte.

El gobernador Alcántar Álvarez, se queda callado, Altamira Aceves se levanta y trae un vaso y una jarra y le sirve agua al mandatario, llena el otro vaso y se lo pone enfrente al representante popular del magisterio, quien a duras penas toma el vaso tembloroso y se lo lleva a la boca que le retiembla también, por lo cual se le derrama el agua y le moja más la ropa en el pecho y la parte del pantalón que no le cubre la panza, confundiéndose con los rastros que han dejado los otros fluidos.

 

–Para acabar pronto “señor diputado”; tiene usted la palabra.

Entrega 12

III Capítulo  Fuera máscaras

III

En esos precisos instantes una sala especial de interrogatorios de la procuraduría de justicia está lista, pero al parecer sólo permanecen ahí los técnicos que no dejan de acomodar y probar todo el equipo electrónico, pues muy temprano se recurrió a levantar prácticamente a todos aquellos involucrados con la venta de plazas y acciones corruptas en todo el sistema educativo estatal.

Así durante el día van desfilando uno a uno, los cuales van siendo interrogados, cuando llegan a dicha sala en la que permanecen atrás de los ventanales muy atentos una veintena de personajes involucrados con el quehacer educativo, los cuales han pasado desapercibidos por los interrogados. Hasta ahora sólo han visto al personal técnico y policíaco, por ello ni siquiera se han enterado de que son muchos los indiciados, ya que entran por una puerta y salen por otra.

Todos entran asustados porque no tienen la menor idea, cómo se les ha comprobado su fraude al erario público, estarán condenados a alguna pena, pero antes de saber algo llegan cada uno con sólo sus elucubraciones en la cabeza que al parecer les atormenta más que el delito mismo del que ni siquiera han entendido su magnitud, porque sienten que la corrupción es lo natural en el país.

A eso de las diez de la mañana los comentarios dentro de la sala de observación se dejaron escuchar fuertes y claros, porque no podían creer que el corruptísimo Danilo Cerrero, estuviera ahí para ser interrogado, él que ha vendido cantidades de plazas y cuya especialidad en la cadena de corrupción capitaneada por Fedronio Carrasco Herrera, es la educación física, cuando entra el agente interrogador que es una dama muy bella; de estatura regular, cabello negro ensortijado, ojos negros azabache divinos, delgada con preciosa figura de nombre Teresa Santos Coy.

Saca la hermosa mujer de su partafolio un expediente más grueso que dos directorios telefónicos juntos, el interrogado que de inicio entra con su habitual cara manchada y su cinismo, pero ya con el efecto temblorínicos del mal de Parkinson, del que se burlaran muchos pues dicen que en la orquesta de bandidos de Droño, como se le conoce a Fedronio, es quien mejor toca las maracas, burla que le lleva a considerarlo apto para ser solista en la misma.

Aún cuando entra con su sonrisita de cínico, poco a poco se la va borrando, en especial cuando ve el grueso expediente y mientras se inician las primeras preguntas, ésa sonrisita se va convirtiendo en mueca, la terrible mueca de saberse descubierto y de enfrentar la dureza del hermoso rostro de quien le interroga, que además lo hace con inteligencia lo cual a su vez nos hace volar la imaginación a velocidades increíbles ante el caudal de datos a los que contesta a pujidos y monosílabos.

La temblorina se le va haciendo cada vez más exagerada, el sudor brota por su manchado cuerpo, así de prieto como está se le notan más los labios cenizos, alcanzamos a verle en su matizada cara lágrimas y mocos confundidos con el sudor, sobre todo cuando le hablan de sus parientes incrustados en el sistema educativo, una enorme lista de ellos; consanguíneos y políticos, a cual más de ineficientes y cómo no debieran estar en los puestos que les asignara.

Como a todos le mencionan nombres y más nombres, plazas en todo el Estado que fueron muy bien vendidas y mejor cobradas a través de cajas de ahorro, en donde pagan las plazas como si hubieran sido préstamos, manejadas todas por la pandilla de Droño de tal forma que no había manera de alguna sospecha, uno de los negocios de mayor rentabilidad a base de los intereses que produce la corrupción del tráfico de influencias y la vendimia.

Verle ahí hace reflexionar a todos los ahí escondidos atrás de un espejo en donde Danilo Cerrero, sólo se ve reflejado de vez en cuando, buscando tomar fuerzas para no desvanecerse ante los embates del interrogatorio constante y contundente de la implacable mujer. Tanto que nos resulta impresionante la cobardía al sentirse acorralado para reconocer sus andanzas y dar detalles abundantes, muy contrastante con la valentía para exigirle a los “compradores de plazas” los pagos, que incluso llegaba al cinismo de decirles burlescamente.

–Me compraron ustedes el carro que traigo y no voy a quedar mal, así que sean puntuales con sus pagos que tengo que cubrir las letras a tiempo, porque les va a salir muy caro pagar los recargos…

En tanto y sin saberlo a en otra sala contigua se encontraba con los mismos aprietos y apuros Guillermo Valero Salmón, que ahora no hablaba de cómo había abusados del clan “mariconsuelos” de la universidad estatal para docentes, sino de cómo y a quienes favoreció con las plazas de educación superior y como se había beneficiado con la enorme cantidad de cursos, diplomados, maestrías y demás que “servicios” que les venían prestado a los autonombrados ridículamente “maestros”.

A tal grado que el mismo procurador Marco Antonio Mercado Arenas le dijo en secreto al gobernador y que fue lo que detonó la orden de llevar a como diera lugar ante su presencia al diputado Fedronio “Droño” Carrasco Herrera, ya que era él el directamente responsable del enorme problema.

–¡Señor gobernador es monumental el nivel de fraude por corrupción del desgraciado ése…!

–¿Qué tan grande puede ser…?

–Estamos hablando de miles de millones de pesos, que no sólo deben regresar al gobierno, sino que nos podemos ahorrar en liquidaciones, en indemnizaciones y tatas otras cosas que ya está viendo el secretario del Trabajo, pero además lo cual nos ayudará a salir limpios del problema y con muchos recursos recuperados…

–¿Tanto así, como para no dejar el Estado en banca rota y enfrentar con fuerza a los rojos que vienen muy filosos los hijos de puta y sobre todo; con ganas de partirnos la madre…? –¡Tanto así, señor gobernador, porque la corrupción y el descaro dan asco, pero en veintiocho días te tendremos el concentrado y los números…

–¡Pues que se chinguen, a éstas alturas me vale madre , de que se muera mi abuela a que me muera; pues que a mi abuela se la lleve la chingada, así que vamos con todo ya que de no hacerlo se van a venir en nuestra contra, pero además políticamente les dejamos el camino despejado con nuestra manos limpias. –Gritó victorioso el gobernador.

 

Entrega 13

III Capítulo  Fuera máscaras

III

Parado tomando el sol como vil cachora en el desierto en tiempos de frío con un cigarrillo en la mano, me caliento los huesos luego de la andanada de entrevistas y personajes que vimos desfilar, ya es por parte de tarde y el sol no tarda en ocultarse, hace un vientecillo helado en verdad en la zona del río, momento en que por si me faltara algo llegan los Betos a quienes veo acercase hacían mí como las hurracas parlanchinas de las caricatura animadas, sin dejar de parlar y reírse como orates sin cordura, siempre con una simpatía impresionante nunca he sabido cómo es que se entienden tan bien.

Los Betos, así les bautizaron porque hicieron historia al asestarle la primer derrota, clara y contundente a Mario Consuelo Real Toscano, quienes popularizaron el mote de “mariconsuelo”, en la universidad para docentes al declararse en rebeldía ante la serie de irregularidades al beneficiar sólo a su clan, todo lo cual se inició al incluir a Álvaro Hermosillo Herrera más conocido como la varita de nardo, quien asumió luego de haberse empezado a nominar universidad, una institución de capacitación que ni siquiera a escuela normal llegaba como subdirector administrativo ¡Siendo veterinario y haciéndose llamar doctor! A la retirada de Hernán Herrera.

–¡Ja…! No me digas que también a ti te mandaron llamar para ver si no te quedaste con Mariconsuelo… confiesa en dónde lo tienes escondido…

–¡No lo dudo que te lo hayas llevado para tu casa…!

–A mí se me hace que lo tienes bien escondidito, pero como ya está ñasquito, te lo llevaste para no dejarle nada al Guillermín…

–Porque ahí como la ves el Mariconsuelo está podrido en billetes ¿por qué crees que el Guillermín lo ha tenido tan bien atendidito siempre…?

–¡Si, muy bien atendidito, si casi se lo tuve que quitar por la fuerza cuando lo estaba madreando…! –Alcanzo a decir en medio de su cerrado diálogo de burlas y cotorreo constante de los Betos; Roberto Durán Centella y Alberto Alfaro Quirarte, quienes tienen años juntos, tanto que en las borracheras les dicen los “botes”.

Ellos, se han acoplado tan bien como si fueran gemelos, tanto que siendo de diversos niveles en la jerarquía en la universidad por los problemas de Alberto con Mario Consuelo, que Roberto prefirió unirse a Alberto que hacia el propio director con quien mantenía una fuerte amistad, pero que además era él la materia gris de la universidad, ya que Mario Consuelo nunca ha sido muy inteligente, sino que se ha relacionado con el cada día más creciente grupo de homosexuales encaramados en el poder político.

Luego les tengo que referir lo que ha pasado y contra de su costumbre los Betos guardan silencio y, me distinguen con su mejor atención y no lo puedo creer; escuchan cada paso de lo que les quiero decir, así que tomo con delicia el sabor de mi cigarro, me encamino elegante hacia un lugar más soleado, lo bueno es que ha dejado de hacer vientecillo frío mientras ellos me siguen sin hacer comentario alguno hasta terminar con mi resumen de sucesos, se hace un silencio sepulcral en dónde sólo se escucha el rumor de la ciudad, hasta que Roberto exclamó:

–¡Puta madre, no cabe duda que estos cabrones sí que están pesados y tantas veces que se lo dije al “Marito” –refiriéndose a Mario Consuelo-; “no creas que porque son puñales como tú, te serán fieles y más vale que te pongas trucha, sino te va a partir la madre” y pues recuerdo que sólo me contestó; “tú qué sabes de amores si nunca has amado un burro” y se atacó de la risa el descarado…

–Lo mismo platicamos antes de que empezara la bronca conmigo –continúa Alberto-, le dije: “Mira profe mariconsuelo… –no me digas así que te pueden oír, me dijo y a mí me valía madre y le seguía diciendo así-… la neta, la mera verdad es que la estás regando; si piensas en amores, sólo te conozco a alguien que hubiera dado su vida por ti y ése es Hernán Herrera, que ya se te fue a Guadalajara o a donde sea, pero te la has pasado buscando y no has pasado de valer madre…

–¿Es la vez que dices chilló…? A mí se me hace que lo consolaste cabrón a puros besos y una que otra repegada… –Y suelta una risotada Roberto que rasga el frío de la tarde y hunde con más ganas al sol en el horizonte, lo que nos hace sentir el rigor de éste frío seco que nos parte los labios al reírnos tanto.

–Sí, fue ésa vez… pero no te creas, la verdad es que le dolió hasta el alma aunque siempre haya pensado que soy un cabrón burlesco, en realidad lo entiendo; él es el que no lo había querido entender, porque desde que se le fue Hernán se ha enamorado de un chingo y no ha logrado una pareja, como aquel que se murió muy joven y le dio todo pero nunca hubo nada… –Expresa con seriedad Alberto.

–¡Has de tener muchas experiencia amando cabrones…! –Sin hacer caso Alberto continúa con sus ademanes tranquilos, con los ojos saltones de color verde, que se acentúan más en su rostro rojo y cabello igual, por ello en la secundaria la decían “el zanahoria”-.

–Y es que uno tiene una idea herrada de lo que los homosexuales son, como el creer que nada más se la llevan pensando y buscando un surtidor, a lo mejor muchos sí y como todo; pero aquí lo agarré y platicamos muy en serio de todo, tanto que hasta dejó que le hablara de Hernán y en especial de Juan Ramón por el que saliste cuando te dijeron que tu carrera no era licenciatura –me dijo-, pero ya ven…

–Pues a nosotros nos “jalaron” para acá, que porque tenemos conocimiento de cómo se mueven las cosas en el sistema educativo y muy en especial en la universidad de mariconsuelo, les dijimos todas sus andanzas pero lo que más nos llamó la atención es que ya tienen conocimiento de casi todo…

–Pero además por la chinga que les pusimos cuando les ganamos el pleito, bueno a ellos no, pero si al Estado que nos tuvieron que pagar hasta la risa…

–Ya ni le digas nada que a él le pasó igual… –Sueltan la carcajada, por si les hiciera falta pero ésta vez reírse a mis costillas…

Así la plática se torna interesante y avanzando como la caída del sol que nos va dejado en penumbras en donde se suceden las anécdotas respecto al comportamiento de Mario Consuelo y todo su clan de homosexuales y surtidores, que van desfilando en historias entre jocosas y muy lamentables, algunas abultadas con la exageración natural e quienes platican siempre con muchos juicios de valor, pero también la actuación personal y sobre todo con esos efectos sonoros que también se utilizan…

–Recién habíamos iniciado con el proyecto de universidad… –Habla Roberto-, cuando ya teníamos un gran éxito con grupos de a montón, desde diplomados, cursos, talleres y las primeras licenciaturas, estaba mariconsuelo “loca” de contento porque eran muchísimos grupos, tanto que un día me dijo; Mira Beto, tú quédate con todas las mujeres que quieras; alumnas o profesoras no me importa a mí; déjame a todos los hombres…

–¿Y tú que le contestaste…? ¡Nos los vamos a dis… putar…! –Suelta de nuevo la carcajada Alberto y nosotros con él…

Por todo ello, espero con mucho cuidado para ubicar una pregunta muy importante, sobre todo porque ellos conocen muy viene el sistema y más que nada a muchísimos personajes no sólo del ámbito educativo, sino de la esfera política y sobre todo las implicaciones en la situación de desaparición del profesor Mario Consuelo que es la gota que derramó el vaso de la enorme corrupción que ahora al país. Es Roberto quien se aventura a especular sobre las responsabilidades…

–Para mí que al Marito lo desaparecieron porque sabe muy bien quiénes están involucrados en ésta millonaria corrupción, pero todo viene desde el centro y sólo se andan haciendo pendejos es la verdad, pero lo único que pueden hacer es poner orden y no sé cuanta gente vayan a castigar, pero lo tienen que hacer empezando por Droño, hasta el secretario de educación… –Dijo Roberto muy seguro de sí mismo.

(Continuará)

 

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